La culpa fue del chachachá, pero tuya, sobretodo tuya.

Paternalismo, racismo y corporativismo en el fast fashion. (Parte I)

Por motivos laborales, en los últimos tiempos, una de mis tareas es asistir a ponencias, eventos, etc, mayormente sobre Moda Sostenible, que es lo que nos ocupa.
En general son marcas grandes, a veces periodistas o agentes sociales varios. Y hay algo que me preocupa muchísimo del discurso que vengo oyendo últimamente.

Un discurso, que si bien no me sorprende de representantes del fast-fashion, me ofende sobremanera de la prensa, una prensa que se me hace poco critica al enfrentarse a estas figuras, una prensa que supongo mama de esa misma filosofía.


El mensaje que huelo, que recibo es: La solución al brutal problema de la sobreproducción textil en el mundo es la educación del consumidor. El problema es el hiperconsumismo. Y chinpúm.

Incluso he llegado a escuchar: El problema es que la gente tiene mala salud mental y curan su ansiedad comprando ropa barata.

Wow…. x3

Es decir, el problema no es la sobreproducción de las grandes marcas de fast-fashion, ni que fabriquen en penosas condiciones medioambientales, tampoco que exploten a personas que no tienen más opción (ni por supuesto ignorarlas una vez estás personas reivindiquen condiciones algo más dignas cómo actualmente está pasando en Bangladesh)

Trabajadores de la confección llevan en brazos a una compañera herida durante un enfrentamiento con la policía en Gazipur el 9 de noviembre de 2023.
Munir uz ZAMAN / AFP


El problema eres tú y tu ansiedad.

Educar está bien, muy bien. Demostrar que con menos nos basta, está genial. Esta es nuestra forma de funcionar. Fabricar menos y mejor, poniendo la calidad por delante de la cantidad.

Pero no nos engañemos, este mensaje no le interesa al fast fashion. A una industria cuyas marcas lanzan 54 colecciones al año. Una industria muchimultimillonaria que te ofrece unas condiciones laborales nefastas y luego te rellena esa ansiedad con prendas de mala calidad que con suerte durarán una temporada o dos en el armario. Y además te echan la culpa de ello.

Incluso he escuchado decir que no podemos poner limites a estas empresas porque si dejan de fabricar en países del tercer mundo esto afectará a su economía y los hundirá.
Respecto a este argumento, lo que más me horrorizó fue escuchar a un agente social decir que la solución no pasa por sacar a una industrial malévola de allí, sino convencerlas de mejorar las condiciones allí, y que estas empresas occidentales ayuden allí.

Wow, wow…. Es decir, la solución es que el hombre blanco y su inmensa generosidad mejoren allí las condiciones, no sea que ellos se ocupen de su economía y su industria, porque no saben…


Lo más ofensivo de esto es que quién lo dice no sea consciente del nivel de paternalismo y racismo que estas palabras conllevan.

Podía haberme callado, no escribir esto, darme unas palmaditas en la espalda y seguir funcionando sin decir nada…. pero quienes me conocéis sabéis que no es mi estilo….


Continuará…

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