Paternalismo, racismo y corporativismo en el fast fashion. (Parte I)
Por motivos laborales, en los últimos tiempos, una de mis tareas es asistir a ponencias, eventos, etc, mayormente sobre Moda Sostenible, que es lo que nos ocupa.
En general son marcas grandes, a veces periodistas o agentes sociales varios. Y hay algo que me preocupa muchísimo del discurso que vengo oyendo últimamente.
Un discurso, que si bien no me sorprende de representantes del fast-fashion, me ofende sobremanera de la prensa, una prensa que se me hace poco critica al enfrentarse a estas figuras, una prensa que supongo mama de esa misma filosofía.
El mensaje que huelo, que recibo es: La solución al brutal problema de la sobreproducción textil en el mundo es la educación del consumidor. El problema es el hiperconsumismo. Y chinpúm.
Incluso he llegado a escuchar: El problema es que la gente tiene mala salud mental y curan su ansiedad comprando ropa barata.
Wow…. x3
Es decir, el problema no es la sobreproducción de las grandes marcas de fast-fashion, ni que fabriquen en penosas condiciones medioambientales, tampoco que exploten a personas que no tienen más opción (ni por supuesto ignorarlas una vez estás personas reivindiquen condiciones algo más dignas cómo actualmente está pasando en Bangladesh)
El problema eres tú y tu ansiedad.
Educar está bien, muy bien. Demostrar que con menos nos basta, está genial. Esta es nuestra forma de funcionar. Fabricar menos y mejor, poniendo la calidad por delante de la cantidad.
Pero no nos engañemos, este mensaje no le interesa al fast fashion. A una industria cuyas marcas lanzan 54 colecciones al año. Una industria muchimultimillonaria que te ofrece unas condiciones laborales nefastas y luego te rellena esa ansiedad con prendas de mala calidad que con suerte durarán una temporada o dos en el armario. Y además te echan la culpa de ello.
Incluso he escuchado decir que no podemos poner limites a estas empresas porque si dejan de fabricar en países del tercer mundo esto afectará a su economía y los hundirá.
Respecto a este argumento, lo que más me horrorizó fue escuchar a un agente social decir que la solución no pasa por sacar a una industrial malévola de allí, sino convencerlas de mejorar las condiciones allí, y que estas empresas occidentales ayuden allí.
Wow, wow…. Es decir, la solución es que el hombre blanco y su inmensa generosidad mejoren allí las condiciones, no sea que ellos se ocupen de su economía y su industria, porque no saben…
Lo más ofensivo de esto es que quién lo dice no sea consciente del nivel de paternalismo y racismo que estas palabras conllevan.
Podía haberme callado, no escribir esto, darme unas palmaditas en la espalda y seguir funcionando sin decir nada…. pero quienes me conocéis sabéis que no es mi estilo….
Continuará…